La pareja y la infidelidad

 En la mayoría de los casos, la infidelidad se vive a modo de compensación o de huida ante una relación mediocre de los cónyuges. Las relaciones extraconyugales no traen generalmente la satisfacción esperada:  a pesar de su apariencia novelesca, la doble relación (esposo y amante) acaba perdiendo su encanto.

No se suele hablar de amor. Los encuentros son limitados por el tiempo mínimo dedicado a los juegos sexuales. La elección del rival suele ser la fotocopia del marido o su contraste. El amante se parece al marido en virtud de la fuerza irresistible que incita al ser humano a repetir infatigablemente los mismos errores. Por el contra­rio, cuando se escoge a alguien totalmente opuesto al cónyuge es por la necesidad de satisfacer todos los vacíos de la relación, buscando llenar las carencias del matrimonio insatisfactorio: lo que le falta a uno, le sobra al otro y viceversa. El resultado nunca acaba por ser ideal.

FALSAS Y ANTIGUAS CREENCIAS ACERCA DE LA INFIDELIDAD

Hay algunas ideas falsas que mucha gente considera como verda­deras. Son creencias que se han ido consolidando en la cultura popular, pero que no tienen nada que ver con la realidad. En los consultorios de pareja estos mitos populares caen por su propio peso.

Muchas parejas van a un consejero matrimonial a raíz de la infideli­dad de uno de los cónyuges: el amante lo único que hace es destapar los conflictos del matrimonio. Puede ser una posibilidad para que la pareja se enfrente a sus problemas conyugales y los supere o, puede suponer la separación de un matrimonio donde la relación hacia tiempo que estaba acabada.

Algunos, para excusar la infidelidad suelen decir " es algo normal, todo el mundo es infiel, es normal hacerlo alguna vez para salir de la rutina". Antes se decía que era habitual que el hombre fuera infiel a su esposa, y la mujer, en algunos casos se conformaba pensando que era algo típico del sexo masculino.

Los datos dicen que más o menos la mitad de los matrimonios han tenido alguna vez una situación de infidelidad. Mientras que la otra mitad de matrimonios han permanecido en una situación de fidelidad. Así mismo, las encuestas de los últimos años nos dicen que la infide­lidad masculina y femenina cada vez está más igualitaria. Por tanto, podemos decir que la infidelidad no es "normal" en la relación de pareja, sino que indica que algo no funciona. Por otro lado, también es falso el que los hombres sean más infieles que las muje­res, con la igualdad de sexos esto está cambiando

Otra creencia falsa: "Los amoríos fuera de la relación de pareja son buenos porque pueden hacer revivir el pasión en el matri­mo­nio". Yo nunca recomenda­ría a los miembros de una pareja en crisis que se buscaran un "amante". Un amorío fuera de la relación de pareja nunca podrá hacer revivir el amor desaparecido. Es cierto que la infidelidad puede provocar una crisis y hacer que la pareja se de cuenta de sus problemas, pero el amorío no puede curar o ayudar a superar los conflictos, a lo sumo los empeora. La infidelidad siempre es peligro­sa para los vínculos de la pareja.

La reflexión puede ser: ¿no sería mejor afrontar directamente los conflictos de la relación, antes que esperar que la infidelidad provoque la crisis tapada durante años con el "no pasa nada, todo va bien"?.

Otra creencia falsa es aquella que dice: "el infiel no ama a su pareja y su infidelidad es la mejor prueba de ello". Las razones por las que la gente tiene amoríos son de una variedad riquísima, algunas son por venganza, otras por compensar las deficiencias del matrimo­nio, en otras, el amante es una amistad y en muchas otras, todo se reduce a sexo, etc. La pareja puede llegar a ser infiel incluso habiendo amor en su matrimo­nio.

A veces, hay la creencia de que el cónyuge engañado es el culpable de la infidelidad de su compañero: "tú me obligaste a hacerlo". Esto es falso, cada persona es responsable de su conducta, si el matrimonio no funciona siempre existe la posibilidad de comen­tarlo con el cónyuge  y buscar soluciones, por ejemplo, con terapia de pareja y, en última instancia, se puede elegir la separación.

Frente a la infidelidad lo mejor es ser sincero y hablarlo con el compañero. La actitud de "simular que uno no sabe nada, para evitar la crisis matrimonial" sólo hace empeorar las cosas. Los conflic­tos de pareja pueden superarse si se enfrentan con sinceri­dad.

Para resumir :

   -La infidelidad no es un comportamiento normal, sino síntoma de algún problema.

   -Los amoríos pueden surgir en un matrimonio que funcionaba bien con anterioridad y donde aún existe amor.

   -Nadie puede ser la causa de que otro tenga un amorío.

   -Los matrimonios pueden sobrevivir a la infidelidad, si son sinceros con sus sentimientos y enfrentan sus dificultades dentro de la rela­ción. 

LUIS CAMINO VALLHONRAT

Terapeuta de pareja y de familia

 

 

Categoria d'articles: