Infidelidad y la adicción a conquistar

F. Pittman, en su libro  “Mentiras privadas”, define al “conquistador” : “como aquella persona que necesita cambiar constantemente de pareja sexual.” “Recurre a los extras sexuales para protegerse de asumir y mantener un compromiso con un solo compañero. El conquistador cree que lo masculino es superior a lo femenino, aunque en realidad teme ser dominado sexualmente por la mujer. Escapar del dominio de una mujer es afirmar su masculinidad.”” No suelen ser conscientes de su ira hacia las mujeres, aseveran amarlas y las consumen con regularidad.”” Normalmente se lleva bien con los miembros de su familia, menos con su esposa.”

Algunos tipos de conquistadores:

1)    El Don Juan:  hombres atractivos y refinados en cuanto a sus dotes y habilidades sociales.

2)     El conquistador amistoso, es del tipo servicial con las mujeres. Incluso puede ser muy complaciente con la esposa, como con cualquier otra. Teme el poder femenino, en vez de rehuirlo y degradarlo, procura domesticarlo. El prototipo es “Zorba, el griego”.

3)    El James Bond, duro y seductor.

4)    Los psicópatas, sin sentimientos de culpa, que se complacen en la trasgresión.

5)    El conquistador hostil, que atribuye sus aventuras sexuales a la insatisfacción con su esposa, culpándola de su propia infidelidad.

6)    Conquistador por afición, que ha hecho del placer sexual su pasatiempo favorito, auto justificándose que los hombres tienen, por naturaleza, mayor necesidad sexual.

7)    El conquistador gay, que está obsesionado por la masculinidad, tiene la determinación de no quedar bajo el control de la pareja y tiene una competitividad sexual con los demás hombres gays.

8)     Las conquistadoras mujeres se caracterizan por utilizar el sexo para ejercer poder sobre los hombres mediante sucesivas seducciones hostiles. Por lo común, esta mujer ve en todo hombre a un conquistador a quién está decidida a derrotar en su propio juego. Algunas de estas mujeres han sido abusadas sexualmente de niñas o en otros casos han tenido un padre “conquistador”.

Según Pittman, las conquistas amorosas son una conducta adictiva, para modificarla hay que ser muy sincero y estar dispuesto a someterse al control de otra persona. El conquistador debe probar la monogamia y crear intimidad real con su pareja a través de la sinceridad y la igualdad y reconsiderar todas sus creencias acerca de los géneros.

Podemos entender la intimidad, en palabras de Robert J. Sternberg, en su libro “El triángulo amoroso”, como un trabajo de acercamiento, de crear vínculo entre los dos miembros de la pareja, a través de la comunicación auténtica de los sentimientos y pensamientos. Algunas características de la intimidad: promover el bienestar del otro, respeto, contar con la pareja en momentos de necesidad, entendimiento mutuo, dar apoyo emocional, comunicación de sentimientos, valoración del otro, lealtad, reciprocidad, generosidad, comprensión y confianza.

Trabajando la intimidad se alimenta de forma indirecta la pasión y la rerromantización

de la relación. Robert J. Sternberg también nos habla de la pasión como el estado intenso de deseo de unión con el otro. La expresión de necesidades como autoestima, entrega, pertenencia, sumisión y satisfacción sexual. La pasión debe ser reforzada con un refuerzo intermitente, cuando una persona quiere algo y no siempre tiene satisfecho su deseo, la pasión crece, por el contrario, si hay un refuerzo continuo puede acabar en aburrimiento o ausencia de deseo por sobrestimulación.

Por último, todo este trabajo reforzará el compromiso con la pareja, definido por Sternberg como la decisión de amar a la otra persona en el momento presente y, a largo plazo, el compromiso de mantener este amor.

A veces, una crisis de pareja, ayuda a los conquistadores cambiar su estilo de vida, si se dan cuenta de su inmadurez y de que se hacen daño a sí mismos y a las personas que  quieren. Según Pittman, el pronóstico difiere según el tipo de conquistador: “los psicópatas, los del tipo J. Bond y los hostiles están demasiado asustados para capitular sin combatir”; en cambio los otros perfiles de conquistadores, cuando están en una mediana edad, se dan cuenta de su necesidad de cambiar y madurar.

Elaborado por Luis Camino

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