Dialogar en pareja

COMUNICACION

      Alicia: "Estoy harta de mis padres. Hoy me he vuelto a pelear con ellos. Son unos desagradecidos. Les dejé dinero para que compraran el regalo de mi hermana y me dicen que soy tacaña. No quiero volver a verlos. De ésta se van a acordar toda la vida..."

      Gabriel, el esposo de Alicia: "Cariño, ya conoces a tus padres. Tampoco es para ponerte así. Ya sabes que ellos no lo decian en serio. Si quieres yo puedo hablar con ellos y arreglar lo de la deuda, ya sabes que a mi me escuchan. No es necesario que te enfades..."

      Alicia: "Si, hombre, encima defiéndelos. ¿Pero tú de que parte estás?. Siempre me tienes que venir con sermones, mira mejor que te calles porque me voy a enfadar contigo. Solo falta que me des lecciones de como tratar a mis padres."

      Gabriel: "Yo solo trato de ayudarte, Alicia. ¿Por qué te enfadas conmigo?".

      Alicia y Gabriel no están en la misma sintonia. Alicia necesita expresar su enfado en voz alta, mientras Gabriel intenta desdramatizar la situación y solucionar el conflicto. Ella habla con el corazón y él habla con la mente; las emociones no pueden razonar, solo necesitan ser expresadas.

      Alicia necesita que Gabriel la escuche y que comprenda sus sentimientos. Más tarde Alicia podrá buscar explicaciones a lo que ha ocurrido, antes no.

      Existen unas pautas para que las conversaciones de la pareja puedan ser más agradables y eficaces. La buena comunicación entre esposo y esposa se realiza cuando cada uno comprende que existen diferentes formas de expresarse y que todas pueden ser igual de válidas. Según el momento será bueno poder expresar las emociones sin intentar racionalizar, después puede ser bueno entender lo que ha sucedido y buscar una solución a partir del intelecto. Lo racional y lo emocional pueden complementarse, lo importante es que los dos cónyuges esten receptivos y puedan adaptarse uno al otro, según las necesidades del momento.

EXISTEN UNAS PAUTAS DE COMUNICACION QUE PUEDEN AYUDAR A LA PAREJA A ENTENDERSE MEJOR.

      Siguiendo las pautas y sugerencias que daré a continuación, se podrán prevenir los obstáculos que dificultan muchas discusiones.

1) Sintonizar el mismo canal que el cónyuge. Muchas parejas acaban por no entenderse, porque aunque hablen de un mismo tema cada uno lo expresa y lo enfoca de forma diferente.

     Si el cónyuge está expresando sentimientos, sólo es necesario escuchar o animarle a que exprese la rabia, la tristeza, el miedo o la alegría. Esto es estar en la misma sintonia o hablar en el mismo idioma.       También se puede ayudar al compañero diciendo lo que se necesita de él, para que sintonice el mismo canal:"Tengo un problema. Creo conocer las respuestas, pero me gustaría comentar cómo me siento."

      Desde luego, hay veces en que el cónyuge desea un consejo práctico más que un apoyo emocional. Hay que ser sensible a las señales de la pareja, de manera que se pueda pasar al canal correspondiente. Siempre se está a tiempo de rectificar cuando se observa que la comunicación no funciona.

2) Saber escuchar y no interrumpir. La gente olvida a veces que una conversación significa un intercambio mutuo de información. Hablar sin obtener señales de comprensión del otro es como hablar con la pared.

      Por ejemplo, el marido puede quejarse de que la esposa nunca lo escucha, mientras que ella protesta diciendo que ha oído cada palabra que él dijo. Puede ser porque ella está haciendo otras cosas mientras escucha o porque no lo mira o sencillamente porque no da ninguna señal de estar comprendiendo lo que el marido le dice.

      Es importante dar señales con pequeños gestos o expresiones faciales , a veces un "ahá" o un "sí" pueden expresar al otro que se está en la misma sintonía.

      Otro factor imprescindible es no interrumpir al que habla, pues fácilmente puede ofender al interlocutor, éste puede pensar: "no le da ninguna importancia a lo que estoy diciendo", "él sólo está interesado en escucharse a sí mismo". Es mejor retenerse y esperar a que el otro acabe de hablar, de ésta forma la escucha será recíproca.

      El lenguaje es, por excelencia, el instrumento de la vida social y lo es también el de la vida de pareja. El comunicarnos con los demás es un arte que se aprende. Si tenemos dificultades de comunicación con la pareja, si observamos que no nos entendemos hay que preguntarse:

"¿qué es lo que no funciona?", "¿hablamos idiomas diferentes?", "¿quiero cambiar y buscar otras estrategias de comunicación?", "¿sé escuchar a mi pareja?.

La primera tarea para aprender a comunicarnos consiste en escuchar al otro, en escuchar de forma empática, es decir, sin interrumpir, sin juzgar, sin criticar, sin interpretar. Aprender a escuchar significa sentarse con la pareja, mirarla con atención y intentar ponerse en la piel del otro. Escuchar no significa dar la razón al otro, significa que se respeta su opinión y sus sentimientos. Por otro lado, cuando queremos hablar de un conflicto que tenemos con la pareja, la recomendación es hablar de los propios sentimientos: “estoy triste cuando tu…”, “me enfado mucho cuando tu…”. Hablar en primera persona y de los propios sentimientos ayuda al entendimiento. Decir “tu siempre desordenas el armario, eres un desordenado, lo haces para hacerme la puñeta”, es muy diferente a decir “me siento enfadado contigo cuando encuentro desordenado el armario”; de esta manera no criticamos al otro, si no que expresamos nuestro enfado de manera legítima. A continuación podemos pedir un cambio de conducta, sin exigencia: “me gustaría que mantuvieras el orden del armario, por favor”. Se trata de respetar la forma de ser de la pareja y, al mismo tiempo, pedir un cambio de conducta.

Una recomendación para las parejas para que aprendan a comunicarse es, un día a la semana, darse cita para hablar de los conflictos y de los cambios positivos de la relación. La metodología cosiste en que se divide el tiempo para hablar en partes iguales (dependiendo del tiempo del que se dispone), por ejemplo si se tienen 30 minutos, repartir el tiempo en 15 minutos cada uno para hablar. Mientras uno habla el otro no puede interrumpir, sólo escucha, al acabar un turno el que ha escuchado hace un resumen de lo que ha hablado el cónyuge y, así el que ha hablado puede rectificar o añadir si hay algún tema que la pareja no ha entendido; una vez el resumen es correcto, se hace el intercambio y el que ha hablado escucha y el que ha escuchado habla. Al finalizar el ejercicio se puede cerrar agradeciendo la escucha del otro. Lo importantes no volver a hablar de estos temas hasta la semana siguiente, en una nueva cita, para dejar que cada uno elabore y reflexione sobre lo que se ha dicho y escuchado.

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