Pareja y dolor emocional

Existe la tendencia a valorar lo negativo por encima de lo positivo: las personas, a menudo, tienen más facilidad para recordar las vivencias dolorosas del pasado que las placenteras. Algunos individuos viven como si solo existiera la desgracia y esto hace

que se  sientan infelices el resto de sus vidas. Lo mismo ocurre con las virtudes y defectos de cada uno. Fácilmente se crean grandes complejos de inferioridad por la sobrevaloración de una autoimagen negativa: un joven puede considerarse indigno de amor por su acné y olvidarse de todas su virtudes; una mujer puede autocalificarse de fea, solamente por considerar sus caderas anchas. Lo negativo y lo positivo, los defectos y las virtudes, el dolor y el placer, la infelicidad y la felicidad, lo primero no puede existir, sin lo segundo y lo segundo no puede existir sin lo primero.     

             Alan Wats en su libro "La sabiduría de la inseguridad" nos dice: para gozar de los placeres intensos, también hemos de soportar dolores intensos. Amamos el placer y detestamos el dolor, pero parece imposible gozar del primero sin sufrir el segundo. Cuanto más capaces somos de amar a otra persona y gozar de su compañía, mayor debe ser nuestro dolor por su muerte o su separación. Quien teme el dolor y lo evita, también renuncia al placer, evitar el dolor es huir de la vida.Si intentamos evitar el dolor de las situaciones que nos encontramos en la vida, sin darnos cuenta, aumentamos el sufrimiento,por ejemplo, la mujer que ha sufrido una decepción amorosa y jura que nunca permitirá que otro hombre juegue con sus sentimientos, y renuncia a volver a abrir su corazón a ninguna relación. Esta mujer para evitar más dolor decide renunciar al placer de una nueva relación: evita el dolor pero al mismo tiempo pierde el placer. Ante este ejemplo podríamos preguntarnos: Si de esta manera se está evitando el dolor de una relación amorosa ó está produciendo una vida de sufrimiento al negarse el amor de otra persona? Esta mujer: gana ó pierde con su decisión?.

  También hay matrimonios, que para evitar el dolor del conflicto, intentan evitar la expresión de sentimientos y en apariencia, viven un

matrimonio sin problemas. Los miembros de este tipo de relaciones suelen ser infelices, son matrimonios estáticos y sin vida, donde las emociones quedan escondidas tras una fachada de falsa armonía. La rabia no expresada se convierte en resentimiento silencioso y a la larga, el amor desaparece.

 En la relación de pareja siempre aparecen conflictos y dificultades que producen dolor. Este dolor puede ayudar a los enamorados a mejorar la relación y a madurar como personas. La frustración causa dolor, pero también ayuda a crecer.

No obstante,  este sufrimiento normal y necesario en las crisis de matrimonio no hay que confundirlo con el sufrimiento neurótico de

algunas parejas, que se enganchan al conflicto y esto les hace entrar en un laberinto del que no pueden salir y que les impide avanzar.

             Son aquellos matrimonios que siempre están discutiendo, y cada uno da la culpa de los problemas al otro. Continuas separaciones y reconciliaciones. El sufrimiento es continuo y no hay gratificaciones en la relación.

Cuando en una relación de pareja lo negativo es mayor que lo positivo y sus miembros son incapaces de seguir caminos separados,

entonces estamos hablando de un sufrimiento innecesario y neurótico.  Si bien existen muchas situaciones que están fuera de nuestro

control, hay también infinidad de otras que sí podemos manejar y la relación de pareja es una de las cosas que solo

depende de nosotros mismos.

             Por tanto, si eres una persona que solo hace que sufrir te propongo un ejercicio:

             Escribe en una lista tu gratitud por lo que sí tienes, escribe todo lo que tienes que agradecer a la vida, todo aquello que te ha dado de bueno. "Cuales son mis mejores virtudes?", "Cuales las personas que amo y siento que me aman?".

            En cuanto a la relación de pareja: "Cuando fue la última vez que me sentí feliz a su lado?", "Como puedo repetir esta experiencia?", "Como puedo hacerlo?"

             Normalmente solo recordamos todo aquello que nos falta y que desearíamos tener, pero olvidamos dar gratitud y alegrarnos por todo aquello que sí tenemos y hemos conseguido.

        He aquí una frase interesante de Claudio Naranjo:    "Entrégate al desagrado y al dolor, tanto como al placer. No limites

tu conciencia. Acéptate como eres. Vive ahora y aquí (ni futuro ni pasado)."